Los mercados municipales constituyen un servicio público profundamente arraigado en la
cultura de los ciudadanos; mantienen una relevante función como referentes del
comercio y de la vida social de nuestros pueblos y ciudades.
En los últimos años, incluso las grandes ciudades, han reinventado sus mercados
municipales convirtiéndolos en puntos de encuentro para vivir experiencias únicas.
Visitantes, guías y turistas han convertido a los mercados en visitas obligadas.
Para aprovechar esa sinergia es necesario poner en duda los modelos sistémicos de
antaño y reilusionarse con un cambio de actitudes que nos permitan experimentar
pequeños cambios individuales capaces de ser percibidos por los clientes de forma
diferente.